lunes, 27 de julio de 2009

Descanso


Anoche como tantas noches percibí tu presencia junto a mí, apenas percibía tu presencia sin volverme ya sentía tu respiración ligera e inmóvil durante un rato, algunos minutos después, el colchón de la cama crujía débilmente te deslizabas junto a mí y te dormías cansada como un ratoncillo.

Al amanecer con la entrada de los primeros rayos de sol y para seguir con mi juego te acariciaba los brazos, estabas totalmente tibia y abandonada a tu profundo sueño, tomaba tu pelo acariciándolo y apartándolo de la cara, fijando mi mirada en tu descaso. Te parecerá extraño pero me sentía feliz por existir contigo y, además de esa felicidad, para mí no había otra cosa más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario