viernes, 7 de agosto de 2009

La pérdida


A veces, solo a veces, es necesario sentir la pérdida para valorar lo que se tiene.

Cuando algo se tiene siempre, no se es capaz de distinguir de forma lúcida los detalles. Y no es que lo que se pierde sea lo mejor o lo peor, simplemente es. Pero perdemos la perspectiva de la esencia misma que lo contiene. Siempre lo que se pierde, es porque en cierta medida hemos decidido que sea así, hemos abandonado el interés, lo hemos desgastado hasta llegar a la nada, y esa nada se convierte en un todo con sentido, en el instante mismo del adios. Hablamos pués de una gestalt, y así se queda habitando en nuestra cabeza durante tiempo indescriptible, hasta que tomamos otra decisión y le damos salida, decidimos borrar de los abatares de la memoria el contenido de la gestalt para quedarnos solo con las formas, y así sucesivamente hasta que desdibujamos todo y lo convertimos en un grano de arena en una playa de recuerdos...


Esos recuerdos siempre suelen ir mojados con un mar de las lágrimas...

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