miércoles, 23 de septiembre de 2009

Memoria de la seda

Cuando estás bien las cosas tienen luz, se concentran y se ponen silenciosas. Tu alegría es como el instante antes de despertarte de una siesta. Como el sonido de las sabanas o el olor de la tierra mojada.

Me gusta estar ante ti. Como en el invierno, el tiempo hace caer las hojas. Mis brazos como ramas buscan el aire y el cielo para abrazarte.

Cuando te tengo delante, estoy siendo el niño que siente los olores y los colores por primera vez y sé q el cuello de mi mujer amada tiene un olor largo que una vez vivido, me acompaña el resto de mis días…

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