A mi niña

A mí querida niña:

Te amo más allá de amores casuales. Te amo con tu condición de mujer libre.

Te amo gratuitamente sin esperar nada a cambio. Porque este amor lo puedo sentir yo solo y ni siquiera te pertenece. Es solo mío. No me importan las demás absolutamente nada. Este amor da al cuerpo una gran luz. Y forma un halo cálido. Lo cuido, lo preservo, lo defiendo como un tesoro porque nunca, nunca, ningún sentimiento me dio esta paz, esta dicha y estas ganas de mirar de frente la vida.

Las geografías no te alejarán porque te llevo siempre conmigo. No me interesa el poseerte porque sé que nunca me pertenecerás.

Y si algún día llegaras a amarme de esta misma manera, no me sentiré halagado, más bien me sentiré dichoso por saber de tu felicidad.

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Esta carta estaba adherida a la hoja de su antiguo manual de derecho. Ella la metió con disimulo en su bolso.

Horas después la leyó a sus compañeras de clase.
- Ese xico está loco!!!
- Así le irá. – decían ellas –
- umm… no sé. Me ha dejado pensativa esta carta, el amor se ha convertido hoy en algo meramente por interés
- Ellas rieron, le empezaron a hacer bromas y sin más, siguieron hablando del próximo viaje que iban a hacer.

Antes de acostarse, volvió a leer la carta y decidió guardarla en la caja junto las tabletas de chocolate y las tartas de nata con sirope, donde tenía los recuerdos dulces.

Un sentimiento de desazón la invadió toda. Se levanto de la cama y en silencio volvió a abrir la caja, tomó la carta y la apretó contra su pecho. Envidió el sentimiento de ese xico loco, atrevido que había metido esa carta en su manual…

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